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charly borja 2012 - Copyright ©
Nacho Laviaguerre y Adrián Suar presentan
“La Cabra”
o ¿quién es Sylvia?
de Edward Albee
Versión de Fernando Masllorens & Federico
González del Pino
Dirección:
Julio Chávez
Julio Chávez
– Viviana Saccone
Vando Villamil
y Santiago García Rosa
Ficha
técnica
Diseño de iluminación: Matías Sendón
Diseño de escenografía y vestuario: Jorge Ferrari
Música: Diego Vainer
Directora asistente: Camila Mansilla
Dirección: Julio Chávez
Producción general: Nacho Laviaguerre & Adrián Suar
Miércoles a Viernes 20.30 hs.
Sábados 20 y 22.30 hs.
Domingos 20.30 hs.
Teatro Tabarís
Entradas desde: $140
De qué se trata?
“La Cabra” es una obra de Edward Albee que aborda temas
universales: el amor, los celos, los sueños, el tiempo, los
valores… Y para contar esta historia conmovedora y extraordinaria
recurre a la comedia y el drama.
Charlie acaba de ganar el premio Pritzker, y su vida junto a su esposa
Julia y su hijo Willy parece estar en armonía. Sin embargo,
Charlie por primera vez oculta algo, un amor, y eso lo perturba. La
naturaleza de ese amor los enfrentará a todos a algo inesperado:
una crisis en sus vidas como nunca imaginaron.
La
opinión de charly borja - abril 2012 Copyright ©
Una obra muy particular
que recorre varias instancias dramáticas, desde la comedia
hasta el profundo drama que se acentúa para concluir en un
espectacular final de “tragedia griega”.
El intrínseco y
a la vez oculto mensaje de su autor refiere al respeto que muchas
veces no se tiene (por seguir la “corriente” de lo que
la sociedad impone como ética correcta), por la individualidad
en sus sentimientos que posee cada ser humano y que son únicos
e intransferibles de cada ser.
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En este caso el “objeto
de estudio” es una animal, “el pecado” fue haberse
enamorado de él al punto de haber tenido relaciones carnales,
y lo escandaloso es precisamente eso, el que el engaño se haya
producido con un animal, cosa que escapa a los cánones lógicos
que impone la sociedad, pero, acaso el engaño no tiene los
mismos efectos colaterales, y produce los mismos daños y si
hubiese sido con otro hombre o con una mujer?
Julio Chávez
como director de
la obra, supo interpretar de maravillas la composición de su
personaje un ser absolutamente desesperado, torturado y sufriente
por un lado, y por el otro un ser pleno y feliz porque su corazón
siente que debía dividirse entre dos amores.
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El duelo
actoral que que va “in crescendo”
entre el magnífico Julio Chávez
y Viviana Saccone sacude al espectador,
ambos transmiten esa densa atmósfera de la discusión
exacerbada hasta el paroxismo, muy bien secundados por el experimentado
actor Vando Villamil y por el joven Santiago
García Rosa quien compone junto a Julio
Chávez en el papel de Charlie, su padre, una de las
escenas más tiernas de amor padre-hijo que se hayan visto en
el teatro.
Excelentes la escenografía
y la iluminación.
Una obra
fuerte, fuera de serie, un drama que hace reflexionar cumpliendo uno
de los preceptos fundamentales del teatro junto al de entretener al
espectador.
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Acerca de la obra:
LA CABRA o ¿QUIÉN ES SYLVIA?,
de Edward Albee se estrenó en Nueva York, en el Golden Theatre,
el 10 de marzo de 2002. Aquel mismo año recibió todos
los premios existentes en Nueva York: el Tony, el New York Drama Critics
Cercle, el Drama Desk y el Outer Critics Cercle. Desde entonces se
ha representado (y se sigue representando) en más de 30 ciudades
de todo el mundo.
Acerca de
Edward Albee (1928) es un célebre y multipremiado dramaturgo
norteamericano, entre cuyas obras se destacan ¿Quién
teme a Virginia Woolf? (1962) y Un equilibrio delicado(1966), por
la que ganó su primer Premio Pulitzer de Teatro en 1967.
Albee ha transitado distintos géneros teatrales y ha podido,
a lo largo de una producción muy heterogénea, constituir
una particular poética. Sus preocupaciones, sus gustos, su
mirada frente a la vida, han encontrado un lenguaje particular que
se expresa a través de sus personajes, sus espacios y sus historias.
Muchas de sus obras están construidas en espacios familiares
–a veces domésticos- en dónde los personajes desarrollan
sus pequeñas o grandes vidas en la seguridad de lo conocido;
pero algo se introduce e inevitablemente perturba el equilibrio y
descubre lo que ocultan esos espacios familiares que se transforman
así en metáfora de las vidas de los hombres, estableciendo
un juego que obliga al espectador a transitar temas, conflictos y
emociones que conoce, pero que oculta o calla por insoportables.
Sin embargo, la particularidad del teatro de Albee radica en algo
más: en transitar los temas medulares de la existencia del
hombre a través de la comedia. Tal vez porque supone que el
hombre contemporáneo necesita un camino de alivio -que la comedia
le brinda- para contactarse con aquellos temas universales que constituyen
su existencia trágica.